OJOS BIEN ABIERTOS

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lunes, 31 de marzo de 2008

El Sex Appeal en Villa Pelvis

Los habitantes de Villa Pelvis conviven con un contoneo especial.
Nada más ver sus movimientos de cintura bien a gogo, y al
visitante que llega de lejos con ojos curiosos se le llena de evocaciones el espíritu.
Lo que más llama la atención en este pueblo, sin dudas, es la música que rodea las casas. En todas ellas suenan melodiás retro con toques Flower Power, la nueva tendencia del momento. Así, con el paso de las decadas, lo retro siempre es la sustancia obligada en el pueblo, que abre generosamente sus puertas a nuevas tendencias ligadas a su esencia. Sin embargo, la tradición nunca es dejada de lado. Lo que manda a la hora de la tarde cuando el sol comienza a declinar, es un espectáculo en el predio central del pueblo. Allí, Nestor Pelvis, nieto del padre fundador del Pueblo, Don Elvio Pelvis, ofrece un show musical desbordante. Se calza sus pantalones de tiro largo, sus zapatos de charol con taco, su camisa de cuello infernal bien abierta al pecho, arregla su peinado joposo y patilludo, y comienza su repertorio. Una caravana de ritmos alocados bien característicos de los cincuenta desfilan por sus cuerdas vocales, que van liberando con el paso de los minutos, la mística del appeal. Entonces, todos en el pueblo, inclusive los visitantes curiosos, entran en un trance químico liberador generado por el movimiento pélvico de Nestor, y comienzan a ser complices de un fogoso apasionamiento posicional en sus endorfinas. Bailan desenfrenadamente, nunca sin perder el estilo y la gracia, y se van entremezclando entre pasos ancestrales y llenos de swing. Finalizado el ritual, una vitalidad llena de sensualidad queda suspendida en el aire del pueblo, y una manifestación llena de arrumacos se apodera de los hombres y las mujeres, que se dirigen a sus casas para cobijar en sus respectivos doble plazas el cortejo. Los visitantes no se quedan atrás y se introducen en sus autos.
En segundos el predio se vacia, y queda Nestor Pelvis cabizbajo, en su misteriosa soledad, con un cigarrillo encendido y su perfil inconfundible, lleno de glamour. Le da la espalda a su sombra y va acariciando su propio mito y el de su abuelo.

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