OJOS BIEN ABIERTOS

Cosas Mias Relatos Cuentos Cortos Poemas

miércoles, 23 de abril de 2008

La Pava Hirviendo

Un dia apareció el humo y nos tapó a todos. En la calle, en las casas, en los ojos. Nadie podía ya ver nada. Era todo bruma. Una gran señal de humo nos rodeaba, y su mensaje era incierto. En un prolongado esfuerzo, empezamos a pensar sobre su causa y origen. Primero se creyó que todo había sido causa de un meteorito liberador que había colapsado en la tierra. Pero hicimos memoria, y la última aparición de uno de ellos había sido en los fatídicos 70'. El unico testigo y portador de la caida liberadora que podia llegar a acabar con la dictadura, fue un hombre que habia desaparecido por causas ya sabidas. Desde aquel trágico suceso no se habló más de meteoritos por temor, o porque simplemente, ya no importaba. Luego se pensó en una hipotética jugarreta política de tipo maquiavélica para distraernos y usarnos. Pero todos los Oscuros que seguian perpetuandose en el gobierno, se encontraban viendo una pelicula en formato de telenovela poderosa, que algun secuaz del mismo partido había introducido a modo de souvenir en la chimenea de la Casa Rosada. Estaban distraidos con la nueva sorpresa, hipnotizados en sus propios intereses, como siempre. Entonces nos resignamos momentaneamente a esta hipotesis. La dejamos pasar. Que otra cosa podiamos hacer?
Mientras pensabamos el humo seguía haciendo de las suyas. En ciertas zonas de la ciudad se condensaba y se transformaba en un humor de perros. Las Parejas se hacian humo y echaban a perder años de paciente tertulia.
Un diseñador de moda, por ejemplo, creo la Humotendencia. Era la nueva movida. De la ropa olorosa colgaban inciensos que uno los iba prendiendo en caso de que no se aguantara más el humo. Mientras el transeunte caminaba, despedía olor a humo y olor a incienso. La ciudad era una mezcla de humo con mas humo. Una verdadera calamidad.
Esta nueva tendencia, como toda moda pasajera, duró muy poco. Los inciensos terminaron en los tachos de basura, en los lagos de palermo, en el botiquin del baño. Ya nadie quiso saber mas nada con los inciensos. Pero los mercaderes de la necesidad ajena no se dieron por vencidos. Crearon la campaña de la Humita Proteica, donde aseguraban que ingiriendo una empanada de humita por día, se contrarrestarían los daños ocasionados en el organismo por el humo. Cualquier cosa. Igualmente, la gente estaba tan intoxicada que compraba. En una toma aerea vista desde el Google Earth se podían ver en la ciudad una proporción de tres a cuatro empanadas por cada habitante. Y haciendo una toma más lejana, ya desde el espacio sideral, una gran empanada de humita daba nueva forma geográfica a la ciudad. Consecuentemente se comenzó a discutir sobre la posibilidad de transformar la ciudad en una república independiente: Republica de la Humita (propuesta que quedó en cuarto intermedio ya que la telenovela poderosa seguía ganando adeptos Oscuros que se autoinvitaban a la Casa Rosada y pecaban de vagos e ineficaces).
Asi, como todo alimento no tan sano, la gente comenzó a indigestarse, y llegaron las arcadas. Arcadas de anticuerpos nobles dispuestos a liberar a la ciudadanía entera de semejante sometimiento. En las últimas arcadas toda la población comenzó a padecer de hastío crónico, y dejo rebalsada de inapetencia la coctelera manipuladora. No había más nada que hacer, ni que pensar, ni que decir. Ya la cosa no daba para más. Hasta que una viejita surgió del fondo de las antípodas humeantes.
Se la veía como consternada. Le salía vapor de las arrugas. Parecía la Reina de las Tinieblas. Confesó titubeando que se había quedado dormida en el momento en que la pava con agua había comenzado a hervir para el mate. Que durmió durante prolongados días como una cenicienta, hasta que despertó rodeada de humo y de un anciano disfrazado de hombre araña. Este quiso aprovecharse de la situación y atravesó el ventanal osando tocarla. Ahi mismo fue que despertó y le dió un cross de derecha al anciano, se incorporó, y corrió a paso de tortuga hasta la cocina. Se persigno y cerró la hornalla.

El humo se fue disipando. La ciudad poco a poco fue volviendo a la normalidad. Pero la vida ya no volvería a ser como antes. Las hornallas fueron friamente custodiadas por elementos del orden. Tampoco nada volvería a ser como antes en la Casa Rosada, porque la telenovela del poder fue interrumpida momentaneamente. Todos los Oscuros quedaron fascinados frente a las nuevas imagenes que se presentaban y que respondían directamente a sus deseos más perversos.
En la pantalla, un nuevo videoclip de la MTV local , tomó las pantallas del pais entero, y arrasó con los primeros puestos del Chart nacional.
Un grupo infernal de ancianos disfrazados de hombre araña saturaban de color la imagen, y se movían coreográficamente, mientras iban quemando las pastizales de un campo infinito. En los primeros planos aparecía una Cantante. Era una anciana posmoderna, que vestía estilo Glam, y cantaba a lo Nina Hagen pero en castellano. Mientras entonaba fervorosamente, se iba cebando unos mates con una pava hirviendo.

miércoles, 9 de abril de 2008

Descubrimiento de la cama

La cama fue descubierta por un hombre vilmente encamado(*) por su mujer a altas horas de la noche. Este, al verse traicionado, buscó tomarse las cosas horizontalmente, no fuera cosa que la sangre se le subiera a la cabeza, y pasara a ser un asesino a sueldo. Primero pensó en evitar el duro choque de su espalda con el marmol de carrara, asi que comenzó a llenar su bañera de globos, pero estos hacían un chirrido irritante una vez recostado el hombre. Luego junto unos tapados de bisón que había dejado su esposa, pero estos le traían recuerdos insoportables. Intentó tambien amontonando algodon de oveja, pero una vez dormido, soñaba que era parte de un rebaño a punto de ser esquilado y despertaba agitado. Finalmente, no pudiendo conciliar su sueño, visitó al vecino, un hombre ojeroso e insomne que intentaba dormir parado. Luego de una amena charla, el vecino le obsequió un bloque cuadrado, flexible y esponjoso, al que no le daba uso alguno, y del que ni siquiera comprendía su función. De vuelta en su apartamento, el hombre lo tiró al piso, pensó en echarse encima, y logró su ansiado descanso. A la mañana siguiente despertó, y salió disparando a patentar su hallazgo.

(*) Que le metió los cuernos. Que le hizo la cama.

viernes, 4 de abril de 2008

Anoche

Anoche entraste en la cama como un cometa, arremetiendo sobre mi noche
sosegada, despertando las estrellas que estaban a años luz de nuestro cuarto.
Llenaste de fantasía mis sueños, y lograste que te besara dormido en el ocaso de nuestro parpadeo.
Me llene de vos.

jueves, 3 de abril de 2008

Tocando Sobre Algodon (versión Futurista)

Iremos a ensayar al último piso y pediremos nube de algodon. Seguramente habra que llamar y reservar con una semana de anticipación, ya que las nubes escacean en otoño .
Entonces si, que placer, tocaremos sobre algodon y la música adquirirá un tono esponjoso. Se deslizará por los oidos más suavemente y producirá estado de burbuja cosquilleante en el interior de nuestros cuerpos. En el momento en que la burbuja estalle la inspiración comenzará a dar señales de vida y asomará el estado de elevación supremo. Los instrumentos se fusionanaran con el Sol y daran vida a una nota musical resplandeciente de brillo y luminosidad. Entonces empezará el calor y la transpiracion dara lugar a un choque rítmico entre las gotas de sudor y nuestros instrumentos . De tanto calor las nubes de algodon se condensaran y comenzaran a caer las gotas de la quinta fantasia . Todas las notas de la escala abriran sus puertas y descenderá la lluvia musical. La algarabía dara rienda suelta a la explosión. Tanta elevación nos hara trastabillar. Entonces comenzaremos a caer con nuestros instrumentos hacia una lona situada en la planta baja. Quedaremos un rato desmayados de la risa en la enorme circunferencia que nos contiendrá extasiados. Luego nos retiraremos y aprovecharemos para reservar el último piso . En la semana siguiente a la siguiente, si nuestras ocupaciones lo permiten, estaremos nuevamente fluyendo en algodon.